25.8.14

Tarde

Miraba por la ventana cuando empezó a lloviznar, se empezó a distorsionar todo lo que había, el auto  se movía rápido, las luces iluminaban el ruido citadino que se creaba fuera. En el sutil reflejo veía mi rostro sin expresión cuando las gotas en el cristal comenzaron a acomodarse como lagrimas: “ojala y no tenga que verme así más tarde” pensé “no estoy preparada para esto… aunque en realidad ¿qué es esto?”
 
El taxi se detuvo frente al restaurante, tome mi bolso y me escabullí rápidamente dentro del edificio, el deleite nocturno inundaba el lugar, estaba todo a media luz, era cálido con paredes de ladrillo rojo, el olor a pasta, vino y salsa me hizo caminar mas lento, como si flotara como el suave aroma en el ambiente, había pocos comensales y nadie parecía estar consiente de las mesas ajenas, tome una del rincón, no quería a nadie cerca cuando sucediera.
 
Me senté y me quite algunas gotas de agua que alcanzaron a atrapar mis brazos y me hundí nuevamente en recuerdos e interrogantes. Había llegado 15 minutos antes, como siempre la más puntual, ojalá y hubiera llegado al mismo tiempo que él así no hubiera tenido tiempo para mortificarme tanto, no lo pensaría demasiado sólo pasaría. Mire alrededor y traté de concentrarme en otra cosa, vi como una pareja se tomaba de la mano por encima de la mesa.
 
“Alguna vez estuvimos así, creo. No puedo recordar, es como si todo hubiera pasado hace mucho tiempo… bueno, en realidad si ha pasado tiempo, casi un año pero si contamos la última vez que nos mirábamos así debió ser hace bastante ¿o no? no, no, si hubo momentos en los que… ¿porqué no puedo recordar? es como si mi mente me protegiera, es gracioso por que estoy aquí, esperándolo. ¿Cómo pude ponerme en esta situación? es cierto que no me cuesta meterme en problemas, pero esto es un problema al que no quiero enfrentarme, bueno si, bueno no es un problema… demonios.”
 
Vi el reloj, faltaban 5 minutos aún. Empecé a pensar en la posibilidad de que él no apareciera pero vamos ¿acaso no fue él quien me citó aquí? quizás sólo lo hizo por cortesía, después de todo estaba en la ciudad y habíamos dejado todo en buenos términos pero de eso a intentar amistar, me resulta un poco disparatado. Han pasado meses, cada quien tuvo tiempo de lamer sus heridas, pero aún así todo estaba borroso,  vulnerable, incierto. Quizás sólo para mi,  saber como están ordenados los pensamientos de otra persona es una habilidad que resultaría muy útil ahora, pero creo que ni conociéndolos sabría que hacer o que querer.
 
Vi por la ventana su silueta, lo reconocería entre un millón, entró al lugar lentamente mirando discretamente todo a su alrededor, su expresión era relajada como siempre, como si tuviera todo en control, se acerco a la hostess y se inclinó para preguntarle algo ¿siempre ha sido así de alto? espera, ¿estaba esa chica ahí cuando yo entre? seguramente pasé a su lado corriendo y con cara de susto como si alguien viniera tras de mi con un cuchillo en la mano, que pena. Él hizo una mueca y camino hacía el salón, tomó una mesa cerca de la puerta y se sentó dando la espalda, seguramente pensaba que yo no había llegado todavía. Sacó el teléfono y empezó a pasar sus dedos por la pantalla.
 
A lo lejos decidí tomar un minuto para tranquilizarme y examinarlo, pero seguía sin poder concentrarme, sentía que el corazón me latía muy fuerte y tenía miedo que alguien alcanzara a escucharlo, las palmas de mis manos se pusieron frías. Me levante y camine hasta él, pensé en ponerle una mano sobre el hombro pero opte por caminar hasta estar dentro de su campo de visión y decirle hola. Se me salió casi como un susurro, él levanto el rostro e hizo un gesto de sorpresa, se puso de pie y quedamos frente a frente a apenas unos centímetros, yo dude si darle un beso en la mejilla o un abrazo o sólo estrechar su mano, eso ultimo era tan ridículo, pero el se adelantó y me dio un rápido abrazo, fue extraño tenerlo tan cerca.
 
-¿Dónde estabas?
 
-Ahí en aquella mesa- señale con el pulgar el rincón que se convirtió en mi confidente.
 
-Ah, no te vi
 
-Me di cuenta.
 
Me senté frente a él, acomode mi pequeño bolso en la mesa y me di cuenta que mis manos temblaban, rápidamente las puse sobre mi regazo, entrelazando los dedos fuertemente intentando estabilizarlos. Lo miré, sentí que no lo había visto en años, parecía que todo en él había cambiado pero era el mismo, siempre tan atractivo, tan armónico, un suave aroma se mezclaba con los aromas del lugar, era su aroma.
 
-¿Cómo has estado?
 
-Bien, todo bien.- dije sin convencerme demasiado
 
-¿Qué has hecho?
 
“Si pudiera contarte” pensé. En los últimos meses había estado dentro de un ciclo de malas decisiones y un torbellino de emociones, mi vida se había transformado, sentía que me había pasado de todo y al mismo tiempo sentía que no había hecho nada. Pero pensaba en él tanto, por ratos se convertía en mi tema de conversación preferido y a veces parecía olvidarlo por completo. Si alguien sacaba a colación nuestra extinta relación nadie sabía como yo reaccionaría, a veces bromeaba, otras me deprimía, hubo ocasiones en las que me irritaba y otras en las que cambiaba el tema de inmediato.
 
Insostenible, así se volvió mi situación con él, era como si hubiera dejado de ser una persona y se convirtiera en un ente que me seguía a todas partes y sin embargo no estaba ahí, su ausencia alimentaba mis suposiciones y a lo lejos me imaginaba como sería su vida ahora.
 
Nos adentramos en una conversación muy casual, sin profundizar mucho en nada, a veces decía algo que de inmediato ponía un recuerdo en mi mente, esos recuerdos que saltaban casi en contra de mi voluntad. Al mirarlo intentaba encontrar la respuesta que estaba buscando y que pondría fin esa duda que me comía las entrañas.
 
El hablaba de muchas cosas, de sus viajes y de los lugares a los que había ido, yo lo observaba detenidamente, como si todo se hubiera hecho mas y mas lento. De pronto tuve la sensación de que realmente nunca lo había visto, no como ahora, era como si fuera un total extraño, era él pero era otro. Por mi mente pasaron las pocas interacciones que habíamos tenido desde el desenlace, también recordé todas las conclusiones a las que me habían llevado los minuciosos y constantes análisis que había hecho del antes, durante y después. Hice un rápido repaso de toda la memorias, lo bueno, lo malo, lo peor. Me había propuesto, desde el principio del fin, a ser objetiva, y es que cuando una relación termina solemos apoyarnos en los recuerdos, para superarnos o para hundirnos, intente concentrarme en la resolución y en seguir adelante. Ninguna pausa debe ser tan prolongada como para detenernos mucho tiempo y bueno, aunque algunas veces me adelante y quise avanzar corriendo, nada funciona mejor que quedarse quieto y vivirlo, el dolor, la soledad, la negación, la nostalgia… todo te lleva a conocer de alguna u otra forma el camino hacia la salida o hacia la entrada, es cuestión de percepción.
 
Sus palabras se deslizaban suavemente, sonreía ligeramente, sus manos apenas se movían, todo era tan pacifico pero ahí mismo dentro de mi había una tormenta, de esas que arrasan con terrenos enteros y que azotan edificaciones, que provocan ríos en donde debería haber veredas, que se lleva todo y destruye cuanto hay, que provoca un caos y al final se va, como si no hubiera existido y sólo deja tras de si la calma y la nada.
 
La conversación se desvió casi sin darnos cuenta y empezó a girar en torno a nuestra relación, a la que fue y a la que pudo ser. Me incomodaba hablar de eso pero era como si no pudiera parar, fluía como si fuera ajena, lejana. Los dos teníamos ese aire despreocupado, placentero, como si aquello no tuviera demasiada importancia, demasiado peso, demasiadas lagrimas.
 
Así me di cuenta que los dos habíamos llegado al mismo punto pero en diferente lugar.
 
-Si nos queríamos ¿verdad?- preguntó como si se dirigiera a una inexistente tercera persona.
 
-Fue bonito mientras duro, aún no se si creo en  el amor eterno pero me gusta pensar que jugamos a encontrarlo en el otro, que por lo menos, en lo que va de esta vida, lo logramos.
 
-Es mejor así, quedarse con lo bueno. Me alegra que haya pasado.
 
-A mi también, en realidad no hubiéramos podido llegar tan lejos, ahora me doy cuenta, es decir, ahora que podemos verlo claramente.
 
-¿Sin ser cegados por el amor?
 
-No, sin justificarnos en nombre del amor.
 
-No entiendo
 
-Puedo decir, que te ame más que nada en el mundo, o al menos así llegue creerlo ahora todo me resulta vago, como si le hubiera ocurrido a alguien más, no se, es extraño, es como si hubiera salido de mi y está esperando volver a aterrizar pero diferente, en otra situación, en otra persona.
 
-¿Por qué lo dices?
 
-Es como si ya no te conociera más, como si hubieras desaparecido y eso me llevará lejos de ti y de todo lo que paso. Pero eso es bueno ¿no? es decir, después de todo este tiempo por fin estamos en la misma página.
 
-En la última página.
 
-Si, es triste pero liberador, me siento mejor, esperanzada.
 
-¿Esperanzada?
 
-Emocionada porque ya no me siento en pausa, puedo seguir.
 
-Perseguir tus sueños románticos
 
-Cualquier sueño, cosas como ésta te frenan y te mantienen dormido mientras la vida pasa. Se acabo, puedo seguir soñando...- Hice una larga pausa y me quede ida, así sin más, viendo sin ver.
 
-¿Qué pasa?
 
-Me acabo de percatar de algo, no te he soñado.- dije mirándolo a los ojos con expresión atónita.
 
-¿Cómo?
 
-No te he soñado. Verás, yo solía soñarte mucho, siempre, todo tipo de sueños desde los mas locos hasta las pesadillas, siempre estabas presente, era como si me acompañaras en todo. Hubo temporadas en las que te soñaba a diario, era casi como si continuara mis días contigo mientras dormía, como si ni mi subconsciente quisiera esperar para verte de nuevo, para estar junto a ti. Cuando todo acabo te seguía soñando, incluso me despertaba en la madrugada a causa de esos sueños, no podía estar tranquila, a veces despertaba llorando otras me despertaba con ganas de salir corriendo a buscarte. Pero bueno, no nos pongamos melancólicos, el punto es que hace meses que no te sueño.- dije sonriendo.
 
-¿Y eso es algo bueno?
 
-Si, lo es. Ya había pasado por esto, por la resolución. En el fondo lo sabía pero me negaba a soltar algo que en realidad ya no existía, yo lo sabia pero tercamente me aferraba a algo que ya no tenía sentido, pero ahora lo se. Ya no te sueño.
 
-No sabía que me soñabas. ¿Por qué nunca me contaste?
 
-Hay muchas cosas que no te conté, no fue por que no fueran importantes. Tal vez desde el principio supe que no tenía caso.
 
-No entiendo.
 
-Lo sé.
 
bye
 

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...